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Con la llegada del verano nuestros niños pasarán mucho más tiempo al aire libre, disfrutarán de piscinas y playas. Por un lado es una buena época en la que debemos aprovechar para reducir el uso de pantallas y disfrutar del buen tiempo y las actividades al exterior, lo cual es beneficioso para su correcto desarrollo ocular y prevenir la aparición o aumento de miopía. Por otro lado la exposición al sol y los agentes externos pueden causar irritaciones oculares o incluso lesiones de superficie ocular, por lo que debemos tener en cuenta una serie de consejos para evitarlas.
Exposición solar
La radiación ultravioleta es un factor irritativo muy frecuente de la superficie ocular en niños causando hiperemia, conjuntivitis, queratitis y a largo plazo degeneración de la conjuntiva en forma de pinguéculas. Para evitarlo es importante utilizar gafas de sol homologadas con el distintivo de la CE. Estas tienen un nivel de protección que va del 0 al 4, en niños aconsejamos mínimo un 3 para una protección completa. En pacientes que usan corrección óptica aconsejamos gafas de sol graduadas. Además las gafas de sol en playas nos protegen del viento y la entrada de arena en los ojos.
Baño en piscinas
Aconsejamos uso de gafas de natación para evitar irritaciones secundarias al cloro.
Usuarios de lentes de contacto
Prohibido usar lentes de contacto en piscinas, agua dulce (ríos, lagos) o salada (mar) por el riesgo de queratitis infecciosa, que en algunos casos pueden derivar a abscesos corneales de gravedad.
Aires acondicionados
Es una causa habitual de sequedad ocular por lo que aconsejamos uso frecuente de lágrima artificial para hidratar la córnea y evitar irritaciones y queratitis por ojo seco. Asimismo también se pueden instilar lágrimas artificiales tras exposición solar o contacto con cloro de piscinas.
Con estos sencillos consejos podremos disfrutar del verano sin riesgos para nuestra salud ocular.